Cesar, hermano mío.
Estamos en las afueras de Reims, desde hace tiempo por aquí se suceden feroces batallas en contra de los alemanes. Toda la zona se encuentra devastada, creo que casi toda Francia se halla en estas condiciones.
Hermano, esta es mi primera misión de observación cerca del frente, por primera vez se nos ordena portar algún tipo de arma, a mí me dieron una pistola, espero no usarla, salimos por la madrugada hacia un sector que aún lo consideran peligroso.
Nos incorporamos a un batallón inglés, otro grupo de ingenieros fueron asignados a uno francés. Como te decía, partimos muy temprano, llevando nuestros instrumentos de observación y medición. A lo lejos se divisa una gran extensión de tierra revuelta y desintegrada por las bombas, todavía se divisa humo producido por los incendios. Marchamos por un camino pedregoso como unas tres horas, a los lejos se oía más fuerte el sonido de explosiones, no te miento que me sentía asustado.
Este día estuvo lleno de muchas emociones, mientras caminábamos, nuestros guías y escoltas ingleses vigilaban a uno y otro lado, precaviendo cualquier sorpresa. De pronto, nos topamos con un grupo de cadáveres tirados en medio del camino, eran alemanes, ya llevaban horas allí, les habían despojado de sus botas. Te cuento que después de permanecer mucho tiempo en las trincheras, los soldados valoran las botas más que cualquier otra cosa, una bota en perfecto estado evita que te enfermes de los pies. Por esa razón que los muertos estaban descalzos. Ya no era la primera vez que veía difuntos, sin embargo nadie comentó nada y seguimos de largo.
Durante una hora, junto a mis compañeros estuvimos observando, haciendo mediciones y anotando en nuestros libretines, Llegamos a un pueblo llamado (ilegible) en donde encontramos a un pequeño pelotón de franceses los cuales quedaron tras de nosotros, pues teníamos que seguir avanzando.
Cruzamos un bosque, totalmente destruido, lo cruzamos una parte a la carrera y otra agachados, pues nos informaron que por allí habían divisado una avanzada alemana. Más adelante espectamos una escena horrible. Un vigía nos informó que un compañero suyo, quien estaba dentro de un pequeño búnker había sido asesinado por una bala alemana, hace casi una hora atrás, pero que el alemán había sido obligado a retirarse, por lo que en ese momento no había peligro. El soldado muerto aún se encontraba en su orificio de protección, la bala le había destrozado la parte trasera de la cabeza. Es triste ver desperdiciada una vida de esta manera. Lentamente nos retiramos, el resto de los soldados estaban cerca descansando junto a unas ruinas, en silencio, como si no quisieran observarnos.
Avanzamos y seguimos anotando y haciendo trazos, al atardecer regresamos al campamento norteamericano, en dos días iremos a Reims, esta zona es famosa, porque hace meses atrás, fueron llevados miles de soldados en centenares de taxis directo al frente de batalla y se logró contener al invasor alemán que intentaba ingresar a París. El general que dirigió esta estrategia se llamaba Gallieni, nombrado gobernador de París, lástima que ya esté fallecido.
Las lluvias están aumentando, y todo lo que era tierra seca se está transformando en lodazales en los que vivos y muertos se hunden lentamente. Hace frío, esta noche celebraremos el cumpleaños de un compañero de mi regimiento, trajeron licor y comida. Espero que esta carta te haya llegado sin novedad, el correo pasa pocas veces.
Saluda a todos.
Enrique