Tifus



TIFUS

Carta Nº 22










Verdún, 9 de octubre 1917

Hola hermano,


He demorado en escribirte, pues caí muy enfermo, es más, todavía me siento débil, hace casi un mes empecé a sentir malestares como dolor de cabeza, diarreas, fiebre intensa y me empezaron a salir unas manchas en el vientre. El médico que me revisó primero me dijo que era tifoidea pero después de unos días otro médico me reveló que lo que yo tenía era tifus.


Creo que contraje esta terrible enfermedad cuando exploraba en las trincheras tomadas a los alemanes o por la pestilencia de tantos cadáveres, qué se yo. El médico que me atendió ordenó aislarme lo más pronto posible, pues me dijo que el tifus es hasta tal punto contagioso, que los efectos transportados a 2000 leguas de distancia pueden engendrar de nuevo tifus.


Un enfermero me contaba que regimientos franceses, han sido diezmados por el tifus y que los sobrevivientes al ser trasladados a otros lugares han contagiado a otros regimientos que por la falta de cuidado han ocasionado centenares de muertes.


En la sala en donde estuve aislado tenía como compañeros a otros tres soldados franceses con la misma enfermedad. El enfermero encargado no nos descuidaba, muy buena gente el hombre, le agradezco tanto todas sus atenciones, creo que sin sus cuidados mis compañeros y yo hubiésemos fracasado por esa enfermedad.


Se me apareció una fiebre remitente, por lo que él nos administraba quina y sulfato de quinina. Y cuando el calor de la piel era muy vivo y mortificante, nos pasaba una vez al día una esponja mojada con agua fría. He anotado los remedios que nos suministraban para que le preguntes a nuestro amigo, el buen doctor Benjamín Jiménez, tú sabes que yo lo considero un excelente médico. Nos daban un tratamiento con alcanfor, almizcle, asafétida y a veces opio. Unas veces por la boca y otras en lavativas. También nos aplicaban vejigatorios volantes sobre la nuca, el pecho y los miembros, porque según dicen esto es considerado como de gran utilidad en el tifus. También un jarabe de creosota de 10 a 20 gotas en una taza de agua o caldo. Dile al doctor que nos daban bebidas ácidas y vinosas, luego de unos días, cuando nos sentíamos mejor nos daban abundante caldo y sopas, estoy seguro que todo esto nos salvó la vida a todos, más las atenciones del personal médico. Siempre les estaré agradecido.


César, he perdido mucho peso, el uniforme me queda flojo, y para colmo nos han rapado la cabeza, lo que no permití es que me cortaran la barba, no señor. Cuéntale al doctor Jiménez que aún tengo esas manchas en el estómago.


Por acá hace frío y con lo delgado que estoy, siento que me congelo. Nuestro oficial encargado, ordenó que nos atendiesen de la mejor manera y que descansemos, aunque no puedo decirte que esto era descanso, pues estaba inquieto ya que tenía que presentar unos informes. Mis compañeros me visitaban todos los días lo que me animó en mi restablecimiento.


Espero que todos estén bien allá, quizá demore un poco en escribirte otra carta, pues no sé a donde nos trasladen de nuevo. Por lo que oí, se prepara una gran ofensiva de los ingleses y franceses, espero recibir órdenes pronto junto con mis compañeros de trabajo, después te contaré todo.


Abrazos a todos.


Enrique.






Acotaciones.-


Pestes en las trincheras




Millones de ratas infestaron las trincheras. Había dos tipos de ratas, las de pelaje marrón y las negras. Éstas últimas eran especialmente temidas. Los cadáveres en putrefacción eran su principal alimento. Se cuenta que algunos ejemplares llegaron a alcanzar el tamaño de un gato.
Los soldados, recelosos de las ratas en la oscuridad, temían que éstas se paseasen libremente por encima de sus caras o cuerpos, de ahí a que recurriesen a cualquier método para eliminarlas, bien por arma de fuego, a la bayoneta o golpeándolas hasta la muerte. No obstante, todo intento por erradicarlas fue inútil ya que una pareja de ratas podía producir hasta mil ejemplares en un año, con la consiguiente infección y contaminación que acarreaban. Curiosamente, algunos veteranos solían explicar que las ratas tenían un agudizado sentido del peligro, ya que cuando solían avecinarse violentos bombardeos las ratas desaparecían.




Las ratas no fueron las únicas fuentes de infección e insalubridad en las trincheras. Los piojos, por ejemplo, fueron un problema inacabable, ya que encontraban un perfecto cobijo en los sucios uniformes de los soldados provocando en estos un interminable suplicio de picores y otras molestias. A pesar de que los uniformes se lavaban periódicamente, las larvas o huevos de los piojos permanecían a salvo en las costuras de las guerreras, y así, en pocas horas el suplicio volvía a comenzar para el soldado.

El piojo provocaba lo que se dio en llamar la fiebre de trinchera, una enfermedad especialmente dolorosa que se iniciaba con grandes dolores seguidos de una alta fiebre. La recuperación acostumbraba a prolongarse más allá de los tres meses. Paradójicamente, no se descubrió que el piojo era el causante de la fiebre de trinchera hasta 1918.

Por otro lado, la humedad y la acumulación de agua en los cráteres y trincheras favorecían la proliferación de ranas, babosas y cucarachas.





El llamado Pie de trinchera fue otras de las peculiares enfermedades de la vida de trinchera. Se trataba de una enfermedad fúngica localizada en los pies que era causada por el frio y por la endémica y omnipresente humedad de las trincheras. En casos extremos podía llegar a la gangrena y a la amputación.



HECHOS CULMINANTES


14 de agosto.- Los ingleses derrotan a los alemanes en el Africa Oriental.


16 de agosto.- Los anglo franceses atacan las líneas alemanas en Iprés y Loos, obteniendo considerables ventajas así los franceses como los britanos. Se apoderan de varios pueblos, hacen bastantes prisioneros y llegan a la tercera línea de los alemanes. Violento cañoneo en el frente italiano de Goritzia. Los rusos y los rumanos paralizan el avance de sus enemigos que parecen muy debilitados.


17 de agosto.- Los ingleses se apoderan de Longemarck después de una enconada lucha. Avanzan hacia Lens. Entre ayer y hoy han hecho los anglo franceses más de 3.000 prisioneros. Una nota de Alemania niega que esté perdido Longemarck; pero los ingleses confirman que está en su poder.

18 de agosto.- Los alemanes confiesan la pérdida de Longemarck. La ofensiva alemana en Moldavia está estacionada debido a la escasez de tropas. Reina una tremenda epidemia de fiebres perniciosas en el ejército búlgaro.

19 de agosto.- Los franceses inician una ofensiva delante de Verdún y en fulminantes poderosos ataques toman el Mort-Homme y diversas posiciones importantes en ambas orillas del Mosa. Hacen 2.200 prisioneros.


23 de agosto.- Los franceses llegan al riachuelo de Forges, retirándose los alemanes. Estos contraatacan sin resultados.


30 de agosto. Combates de destacamentos de infantería cerca de Craonne. Las tropas británicas obtienen éxitos locales en Lens.


1 de septiembre.- Los franceses se apoderan de las trincheras alemanas cerca de Hurtebise después de empeñada y larga lucha. Toda la primera línea atacada cae en sus manos. Los alemanes empiezan una violenta acción de artillería en el frente de Riga.


4 de septiembre.- Mejorado el tiempo, el ejército inglés reanuda la acción de su artillería en Flandes, que preanuncia nuevos combates de infantería.


9 de septiembre.- Doscientos cincuenta mil reclutas norteamericanos empiezan a recibir instrucción militar en distintos campamentos. Se dispone la construcción de artillería pesada y de mediano calibre.


14 de septiembre.- Tropas alemanas atacan las posiciones francesas del norte del bosque de Courrièrres y toman las trincheras de primera línea.


15 de septiembre.- Violento cañoneo en el frente inglés de Flandes. Los franceses ganan algún terreno en el sector de Champagna.


20 de Septiembre.- Los ingleses atacan las posiciones alemanas en un frente de 13 kilómetros al este de Yprés. Toman un pueblo y muchos caseríos, hacen 1.123 prisioneros y se apoderan de 27 cañones, 68 ametralladoras y gran cantidad de fusiles.


21 de septiembre.- Llegan a Francia dos grandes transportes norteamericanos con tropas y material de guerra.


29 de septiembre.- Los ingleses toman unas posiciones alemanas entre Tower Hamlet y San Julián y hacen 1.146 prisioneros, entre ellos 26 oficiales.


2 de octubre.- Los alemanes atacan las líneas francesas de la derecha del Mosa y toman unas trincheras de la cota 344.


9 de octubre.- Los ingleses atacan de nuevo en Flandes, toman varias posiciones alemanas y hacen 1.200 prisioneros.



Tifus



TIFUS

Carta Nº 22










Verdún, 9 de octubre 1917

Hola hermano,


He demorado en escribirte, pues caí muy enfermo, es más, todavía me siento débil, hace casi un mes empecé a sentir malestares como dolor de cabeza, diarreas, fiebre intensa y me empezaron a salir unas manchas en el vientre. El médico que me revisó primero me dijo que era tifoidea pero después de unos días otro médico me reveló que lo que yo tenía era tifus.


Creo que contraje esta terrible enfermedad cuando exploraba en las trincheras tomadas a los alemanes o por la pestilencia de tantos cadáveres, qué se yo. El médico que me atendió ordenó aislarme lo más pronto posible, pues me dijo que el tifus es hasta tal punto contagioso, que los efectos transportados a 2000 leguas de distancia pueden engendrar de nuevo tifus.


Un enfermero me contaba que regimientos franceses, han sido diezmados por el tifus y que los sobrevivientes al ser trasladados a otros lugares han contagiado a otros regimientos que por la falta de cuidado han ocasionado centenares de muertes.


En la sala en donde estuve aislado tenía como compañeros a otros tres soldados franceses con la misma enfermedad. El enfermero encargado no nos descuidaba, muy buena gente el hombre, le agradezco tanto todas sus atenciones, creo que sin sus cuidados mis compañeros y yo hubiésemos fracasado por esa enfermedad.


Se me apareció una fiebre remitente, por lo que él nos administraba quina y sulfato de quinina. Y cuando el calor de la piel era muy vivo y mortificante, nos pasaba una vez al día una esponja mojada con agua fría. He anotado los remedios que nos suministraban para que le preguntes a nuestro amigo, el buen doctor Benjamín Jiménez, tú sabes que yo lo considero un excelente médico. Nos daban un tratamiento con alcanfor, almizcle, asafétida y a veces opio. Unas veces por la boca y otras en lavativas. También nos aplicaban vejigatorios volantes sobre la nuca, el pecho y los miembros, porque según dicen esto es considerado como de gran utilidad en el tifus. También un jarabe de creosota de 10 a 20 gotas en una taza de agua o caldo. Dile al doctor que nos daban bebidas ácidas y vinosas, luego de unos días, cuando nos sentíamos mejor nos daban abundante caldo y sopas, estoy seguro que todo esto nos salvó la vida a todos, más las atenciones del personal médico. Siempre les estaré agradecido.


César, he perdido mucho peso, el uniforme me queda flojo, y para colmo nos han rapado la cabeza, lo que no permití es que me cortaran la barba, no señor. Cuéntale al doctor Jiménez que aún tengo esas manchas en el estómago.


Por acá hace frío y con lo delgado que estoy, siento que me congelo. Nuestro oficial encargado, ordenó que nos atendiesen de la mejor manera y que descansemos, aunque no puedo decirte que esto era descanso, pues estaba inquieto ya que tenía que presentar unos informes. Mis compañeros me visitaban todos los días lo que me animó en mi restablecimiento.


Espero que todos estén bien allá, quizá demore un poco en escribirte otra carta, pues no sé a donde nos trasladen de nuevo. Por lo que oí, se prepara una gran ofensiva de los ingleses y franceses, espero recibir órdenes pronto junto con mis compañeros de trabajo, después de contaré todo.


Abrazos a todos.


Enrique.






Acotaciones.-


Pestes en las trincheras




Millones de ratas infestaron las trincheras. Había dos tipos de ratas, las de pelaje marrón y las negras. Éstas últimas eran especialmente temidas. Los cadáveres en putrefacción eran su principal alimento. Se cuenta que algunos ejemplares llegaron a alcanzar el tamaño de un gato.
Los soldados, recelosos de las ratas en la oscuridad, temían que éstas se paseasen libremente por encima de sus caras o cuerpos, de ahí a que recurriesen a cualquier método para eliminarlas, bien por arma de fuego, a la bayoneta o golpeándolas hasta la muerte. No obstante, todo intento por erradicarlas fue inútil ya que una pareja de ratas podía producir hasta mil ejemplares en un año, con la consiguiente infección y contaminación que acarreaban. Curiosamente, algunos veteranos solían explicar que las ratas tenían un agudizado sentido del peligro, ya que cuando solían avecinarse violentos bombardeos las ratas desaparecían.




Las ratas no fueron las únicas fuentes de infección e insalubridad en las trincheras. Los piojos, por ejemplo, fueron un problema inacabable, ya que encontraban un perfecto cobijo en los sucios uniformes de los soldados provocando en estos un interminable suplicio de picores y otras molestias. A pesar de que los uniformes se lavaban periódicamente, las larvas o huevos de los piojos permanecían a salvo en las costuras de las guerreras, y así, en pocas horas el suplicio volvía a comenzar para el soldado.

El piojo provocaba lo que se dio en llamar la fiebre de trinchera, una enfermedad especialmente dolorosa que se iniciaba con grandes dolores seguidos de una alta fiebre. La recuperación acostumbraba a prolongarse más allá de los tres meses. Paradójicamente, no se descubrió que el piojo era el causante de la fiebre de trinchera hasta 1918.

Por otro lado, la humedad y la acumulación de agua en los cráteres y trincheras favorecían la proliferación de ranas, babosas y cucarachas.





El llamado Pie de trinchera fue otras de las peculiares enfermedades de la vida de trinchera. Se trataba de una enfermedad fúngica localizada en los pies que era causada por el frio y por la endémica y omnipresente humedad de las trincheras. En casos extremos podía llegar a la gangrena y a la amputación.



HECHOS CULMINANTES


14 de agosto.- Los ingleses derrotan a los alemanes en el Africa Oriental.


16 de agosto.- Los anglo franceses atacan las líneas alemanas en Iprés y Loos, obteniendo considerables ventajas así los franceses como los britanos. Se apoderan de varios pueblos, hacen bastantes prisioneros y llegan a la tercera línea de los alemanes. Violento cañoneo en el frente italiano de Goritzia. Los rusos y los rumanos paralizan el avance de sus enemigos que parecen muy debilitados.


17 de agosto.- Los ingleses se apoderan de Longemarck después de una enconada lucha. Avanzan hacia Lens. Entre ayer y hoy han hecho los anglo franceses más de 3.000 prisioneros. Una nota de Alemania niega que esté perdido Longemarck; pero los ingleses confirman que está en su poder.

18 de agosto.- Los alemanes confiesan la pérdida de Longemarck. La ofensiva alemana en Moldavia está estacionada debido a la escasez de tropas. Reina una tremenda epidemia de fiebres perniciosas en el ejército búlgaro.

19 de agosto.- Los franceses inician una ofensiva delante de Verdún y en fulminantes poderosos ataques toman el Mort-Homme y diversas posiciones importantes en ambas orillas del Mosa. Hacen 2.200 prisioneros.


23 de agosto.- Los franceses llegan al riachuelo de Forges, retirándose los alemanes. Estos contraatacan sin resultados.


30 de agosto. Combates de destacamentos de infantería cerca de Craonne. Las tropas británicas obtienen éxitos locales en Lens.


1 de septiembre.- Los franceses se apoderan de las trincheras alemanas cerca de Hurtebise después de empeñada y larga lucha. Toda la primera línea atacada cae en sus manos. Los alemanes empiezan una violenta acción de artillería en el frente de Riga.


4 de septiembre.- Mejorado el tiempo, el ejército inglés reanuda la acción de su artillería en Flandes, que preanuncia nuevos combates de infantería.


9 de septiembre.- Doscientos cincuenta mil reclutas norteamericanos empiezan a recibir instrucción militar en distintos campamentos. Se dispone la construcción de artillería pesada y de mediano calibre.


14 de septiembre.- Tropas alemanas atacan las posiciones francesas del norte del bosque de Courrièrres y toman las trincheras de primera línea.


15 de septiembre.- Violento cañoneo en el frente inglés de Flandes. Los franceses ganan algún terreno en el sector de Champagna.


20 de Septiembre.- Los ingleses atacan las posiciones alemanas en un frente de 13 kilómetros al este de Yprés. Toman un pueblo y muchos caseríos, hacen 1.123 prisioneros y se apoderan de 27 cañones, 68 ametralladoras y gran cantidad de fusiles.


21 de septiembre.- Llegan a Francia dos grandes transportes norteamericanos con tropas y material de guerra.


29 de septiembre.- Los ingleses toman unas posiciones alemanas entre Tower Hamlet y San Julián y hacen 1.146 prisioneros, entre ellos 26 oficiales.


2 de octubre.- Los alemanes atacan las líneas francesas de la derecha del Mosa y toman unas trincheras de la cota 344.


9 de octubre.- Los ingleses atacan de nuevo en Flandes, toman varias posiciones alemanas y hacen 1.200 prisioneros.



abcs