Hermano, te escribo desde Champaña.

Han sido unos días muy difíciles, los alemanes han atacado ferozmente, a lo lejos escuchábamos el fragor de la batalla, los cañones retumbaban con furia y sobre el campo de batalla divisábamos enormes nubes de humo después de las explosiones. El 18 de junio fue un día que no lo olvidaré jamás. Los alemanes estaban estancados a unos quinientos metros de donde estaban las tropas francesas e inglesas y a unos dos kilómetros de donde estábamos nosotros.

Del alto mando francés con el general Robert Nivelle al mando, se había dado la orden de realizar un ataque aéreo en gran escala sobre las trincheras alemanas antes de tomarlas por parte del ejército terrestre. Nos acomodamos bien protegidos contra cualquier proyectil que pudiera hacernos daño y con unos binoculares observamos la realización del ataque.

Oleadas de aviones franceses y algunos ingleses pasaron volando encima de nosotros, sus motores estruendosos hacían temblar la tierra, no sé cuantos eran, aunque después se comentaban que eran cientos, la cosa era que nunca habíamos visto tantos aviones juntos.

Parecían enormes aves metálicas, sobre sus lomos, divisábamos las cabezas de los pilotos y los bombarderos detrás de las ametralladoras, todos les saludaban y ellos les contestaban el saludo agitando las manos. Al rato se perdieron en el horizonte.

Unos minutos después, se empezó a escuchar el sonido de las explosiones, con los binoculares yo veía enormes columnas de humo que se levantaban a lo lejos, eran las trincheras alemanas que saltaban por los aires. Pobres gentes, que horrible manera de morir. Las explosiones se escucharon por media hora sin interrupción. En la dirección alemana sólo se veía humo negro.

Los aviones iban y venían, dejando caer su mortal carga, las bombas dirigidas a las trincheras alemanas. Después vino el silencio. Sólo se veía humo por todo el lado del frente. Los aviones se habían retirado, lo sorprendente es que ni uno de ellos fue derribado.

Luego del atroz ataque, tropas de franceses e ingleses con rapidez se dirigieron a las trincheras atacadas, pero no recibieron ningún ataque por parte de los alemanes, estos habían sido tan duramente atacados que fue fácil someterlos.

Desde nuestro puesto de trabajo, en donde escribíamos nuestras observaciones veíamos como grandes columnas de soldados alemanes, custodiadas por soldados franceses e ingleses, em

pezaban a dirigirse hacia un campamento de prisioneros de emergencia. Muchos iban heridos, ayudados por sus camaradas o llevados sobre los hombros en camillas improvisadas.

Al día siguiente, junto a soldados franceses, nos dirigimos hacia las trincheras tomadas a los alemanes, César, la primera impresión era como estar en un paisaje lunar, todo estaba lleno de cráteres, por las bombas, todo vegetal había desaparecido y todo se veía de color plomo.

El espectáculo que vimos fue horrorizante, las trincheras llenas de cadáveres alemanes,

las bombas los había matado en sus puestos de combate. Que horrible forma de morir. Revisamos sus construcciones y sistemas de defensa, pero el trabajo era por más difícil, pues teníamos que caminar junto a tantos muertos, y cada uno parecía que nos observaban. Ni los soldados que nos acompañaban ni nosotros pronunciamos palabras durante todo ese interminable tiempo que permanecimos en esos tétricos lugares. Toda la mañana estuvimos de un lado a otro, los soldados espantaban a los cuervos carroñeros que empezaron a aumentar por toda la zona, tenían hambre. Nosotros asqueados nos retiramos de allí a entregar nuestro informe.

Cesar, de lo que anotemos depende que se salven muchas vidas más adelante, verificamos las con

strucciones y seguridades de las trincheras, túneles, búnkeres, etc.

En tres días llegarán los norteamericanos al puerto, tengo que arreglar la maleta de viaje, en unos días te escribo de nuevo. Saluda a todos. Es triste lo que te cuento, pero así es la guerra.

Cúidate hermano

Enrique.

El piloto francés Guynemer antes de remontarse en los aires

Tipo de avión biplano que fue utilizado para los bombardeos

Empieza el bombardeo de las trincheras enemigas

Miles de cráteres producidos por las bombas

Cuerpos de soldados caídos luego de un bombardeo

Acotaciones.-


Las trincheras

Las trincheras nunca eran rectas, sino que se cavaban en un esquema dentado, que convertía la línea en segmentos conectados por traviesas. Esto implicaba que un soldado nunca podía ver más de 10 m aproximadamente a lo largo de la trinchera. Con ello el enemigo no podría enfilar la trinchera completa si lograba ganar acceso a algún punto y, si caía una bomba en alguna trinchera, la fragmentación (a menudo llamada incorrectamente metralla) no podría llegar muy lejos.

Cadáveres producto de las bombas

El lado de la trinchera que miraba al enemigo se denominaba el parapeto y tenía un escalón de fuego. El lado trasero de la trinchera se denominaba el parados. El parados protegía la espalda del soldado de la fragmentación de las bombas que caían detrás de la trinchera. Si el enemigo capturaba la trinchera, entonces los parados se convertían en su parapeto. Los laterales de la trinchera se recubrían con sacos de arena, astillas y trozos de madera y alambre. El suelo normalmente se recubría con planchas de madera.

Trinchera destruida junto a sus ocupantes

Se construían refugios de distintos grados de lujo en la retaguardia de la trinchera de apoyo. Los refugios británicos solían estar entre 2,5 y 5 m de profundidad, mientras que los alemanes solían estar mucho más profundos, a un mínimo de 3,5 m, y en ocasiones cavaban 3 pisos, con escaleras de hormigón para acceder a los niveles superiores.

Para permitir a un soldado ver fuera de la trinchera sin exponer su cabeza, se creaba un agujero en el parapeto. Podía ser simplemente un hueco entre las bolsas de arena o podía estar protegido por una placa de acero. Los francotiradores alemanes utilizaban munición perforadora que les permitía penetrar los agujeros. La otra forma de mirar desde una trinchera era mediante un periscopio. Su forma más sencilla era un tubo hueco con dos ángulos de espejos en las partes superior e inferior. En las trincheras de ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps) en Gallipolli, en donde los turcos tenían el terreno más alto, el rifle con periscopio se desarrolló para que los australianos y neozelandeses pudieran disparar al enemigo sin exponerse ellos mismos, tras el parapeto.

Lo que quedó de una trinchera alemana

Había tres formas estándar de cavar una trinchera. La primera era que la persona se pusiese de pie sobre la superficie y cavase hacia abajo. Era la más efectiva en cuanto a velocidad y a que permitía a muchos trabajadores a la vez, pero tenía el problema de que los trabajadores quedaban expuestos al fuego enemigo. Por eso sólo podía usarse en la zona de retaguardia o por la noche. La segunda opción era ampliar una trinchera existente cavando desde el extremo. Los trabajadores no quedaban expuestos, pero sólo podían trabajar uno o dos hombres al mismo tiempo. Por último, se podían cavar túneles, en cuyo caso se mantenía un "techo" de tierra encima de la trinchera hasta terminar el trabajo. Luego se quitaba el techo y se podía ocupar la trinchera.

Según la información que manejaban los ingenieros ingleses, se podían completar 250 m de trinchera frontal utilizando 450 hombres en 6 horas (por la noche). Después la trinchera necesitaba mantenimiento continuo para evitar el deterioro causado por el clima y las bombas.

A lo lejos tierra y barro

El campo de batalla de Flandes, en donde se produjo parte de la lucha más encarnizada, presentaba numerosos problemas para la guerra de trincheras, y especialmente para los británicos, que en muchos casos se veían obligados a ocupar las zonas más bajas. En muchos lugares, el nivel freático estaba a poco más de un metro de profundidad, por lo que cualquier trinchera que se excavase se inundaría rápidamente. Por ello, muchas "trincheras" en Flandes estaban realmente por encima de la tierra, construidas a base de construcciones masivas por medio de sacos de tierra (llenos con arcilla). En un principio, tanto el parapeto como el parados estaban construidos de esta forma, pero más tarde la técnica fue abrir el parapeto en gran parte de la línea, de forma que la retaguardia estuviese expuesta al fuego desde la línea de reserva, en el caso de que el enemigo capturase la trinchera frontal.

Prisioneros alemanes luego del ataque de los aviones franceses