Derriban un zepelín


Derriban un zepelín


Carta Nº 6






La Picardía, 2 de abril de 1917


Hermano.


Hace dos días te envié una postal, fue a la carrera, espero que te haya llegado.

Hoy un avión que nos protegía desde el aire, derribo un zepelín alemán, hasta lo que se, es el primer zepelín destruido por un avión francés. Fue espectacular, se incendio cuando estaba a una gran altura y cayo no lejos de nosotros.

La parte más completa del zepelín fue hallada a unos dos kilómetros de donde estábamos, por lo que junto a unos soldados, que buenamente se ofrecieron, nos acompañaron hasta el lugar del percance.

Como te decía, la parte grande era la nave observatorio del dirigible y estaba intacta. Aparece construida en aluminio y mide cuatros de ancho por cuatro metros y medio de longitud.

Para las observaciones está dispuesto con todo cuidado. El suelo está cubierto por un espeso colchón, sobre el cual va acostado el observador. Este penetra en la nave deslizándose por una puertecilla; dentro no puede estar en pie. El oficial observa el terreno por dos pequeñas ventanas cubiertas por una tapa corrediza.

La navecilla de observación está colgada de la nave principal del zepelín y se comunica con esta por un teléfono. En la nave inferior van los instrumentos de óptica más perfeccionados.

Lo más curioso de dichas navecillas es que puede ser descendida y posada por medio de un cable de acero, de dos kilómetros de longitud. Es decir, que el observador está alejado del globo toda esa distancia.

Una batería eléctrica de acumuladores proporciona la luz necesaria para poder leer y servirse de los instrumentos de precisión que necesita el observador. Las ventanas de observación y las que permiten lanzar los proyectiles cargados de explosivo solo se abren después de extinguida la luz y así es casi imposible que se pueda herir al tripulante de la barquilla.

La construcción de las principales barquillas difería bastante de las actuales, pues eran más altas y estrechas, el observador iba en pie mirando por las bordas, carecía de luz y no podía hacer sus observaciones con la comodidad que permite la barquilla encontrada en estos lares.

Te cuento que por lo recio de los combates de estos últimos días, no hemos podido realizar nuestras observaciones y apuntes de ingeniería, por lo que tengo bastante tiempo para escribirte de lo que aquí ocurre. Mañana te enviare otra carta, tengo que agradecer a los carteros, pues ellos no desmayan en llevar nuestras encomiendas a los puestos de distribución postal.


Bendiciones hermano.





Acotaciones.-

La industria del dirigible es probablemente la única que desaparecerá en los tiempos modernos a causa de los desastres, a pesar de que experimentó sólo dos: el R 101 y el Hindenburg, que cobraron un tributo total de menos de 100 vidas. Ha habido desastres mucho peores en tierra, mar y aire, pero ninguno ha llevado a una interrupción de producción tan abrupta de las industrias que los originaron. Tal vez el origen del de­sastre no estuviera en los aparatos voladores, sino en la misma industria, con una vulnerable tecnología que se apoyaba en la política.

No era una industria joven: el dirigible rígido sur­gió del pequeño dirigible flexible, que a su vez procedía del globo ordinario. Los globos tripulados fueron utilizados por los franceses hace más de 200 años, y en tiempos de guerra desarrollaron funciones de recono­cimiento; pero como estaban en gran parte a merced del viento, fue obvio que una cubierta alargada impulsada por un motor era esencial si esos dirigibles iban a tener una utilidad práctica.

El primer dirigible verdaderamente exitoso, diseña­do por el francés H. Giffard, era impulsado por vapor y podía desarrollar una velocidad de 8 kilómetros en condiciones tranquilas. Un aparato más práctico impulsado eléctricamente, llamado La France, salió al aire en 1884. De ahí en adelante los diseños mejoraron hasta que, en el periodo de 1910 a la Primera Guerra Mundial el zepelin alemán inició los viajes aéreos transportando decenas de miles de pasajeros a través de miles de kilómetros.

Aun cuando el progreso fue logrado principalmente en Alemania y Francia, Gran Bretaña había producido unos cuantos dirigibles flexibles (el primer aparato rí­gido, el Mayflower, se estrelló en el viaje inaugural). La primera guerra mundial demostró el éxito del zepelín en ataques aéreos inesperados, pero también mostró sus puntos vulnerables (en particular el uso de hidrógeno como gas para elevarse, pues Estados Uni­dos no exportaba helio que es un gas no inflamable); pero fue a raíz de un zepelín forzado a bajar en 1916 cuando Gran Bretaña, copiando el diseño básico, ini­ció un trabajo serio sobre sus propios dirigibles rígidos. Mientras tanto, el dirigible flexible, mucho más pe­queño, estaba de moda como puesto de observación. Cuando terminó la guerra, la industria del dirigible parecía bastante sana.



Instantes en que el zepelín alemán era derribado por un avión francés.


Restos del zepelín derribado últimamente en la zona de la Picardía y que recogen los hombres del cuerpo real de aviadores


Biplano que descubrio al zepelin alemán


Sargento de caballería inglesa disparando su ametralladora Hotchkins contra un zepelín


Dos soldados muertos tras el ataque de un zepelín a las trincheras


HECHOS CULMINANTES


2 de abril.- Los ingleses ocupan algunas posiciones alemanas y se apoderan de cinco pueblos entre Arras y el Aisne. Los rusos derrotan a los turcos en Armenia y persiguen a los dispersos.

3 de abril.- Los franceses toman los pueblos de Giffecourt, Certzy, Dallón y Deuxeny.
El presidente Wilson lee un mensaje ante el Congreso, pidiendo que sea declarado el estado de guerra entre los Estados Unidos y Alemania.
Los alemanes derrotan a los rusos junto al río Stockhod y les hacen 8.000 prisioneros.
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