Visitamos las trincheras


Visitamos las trincheras


Carta N º 5










Cesar

Hoy visitamos unas trincheras capturadas a los alemanes. Todo un inmenso valle ha sido devorado por la guerra en muchos puntos, todo en un trágico desorden de las posiciones expugnadas. Por todos lados, hasta donde alcanza la vista, parece que la tierra se haya movido, estremecido, que haya sufrido una borrasca, que se haya levantado en olas fabulosas. Me dicen los nativos de este lugar, que hace un mes atrás, esta región en la cual no hay una piedra que no haya venido de lejos, estaba cubierta de bosques y el pueblo que existía allí se asomaba sobre l copa pomposa de los arboles. Todo el pueblo estaba ceñido por una triple faja de trincheras precedidas de pozos, alambradas, trampas de lobo. Pero el canon destruyo, quemo, derrumbo, nivelo.

En el aire persiste un acre olor de incendio y podredumbre, no hay ni un soldado entre las ruinas, nadie.

De todos los lugares que hemos visto, ningún campo de batalla respira tanto horror como este. Dicen que ya en tiempo de paz esta región tenía un aire de misterio, extraño, formidable y ahora con la guerra ha añadido la maldad de los hombres la maldad propia de su naturaleza, la maldad de esa montana siniestra, insidiosa, repulsiva, horrenda.

Te escribo lo que oigo de los participantes de estas espeluznantes comedias, hermano es difícil transcribir los sentimientos de ellos y aun los míos en un trozo de papel.

Hace unos días hubo un bombardeo muy intenso en toda esta zona, cada metro de tierra recibió un proyectil. la infantería se lanzo al asalto, los defensores sobrevivientes se rendían, la resistencia menguaba, se avanzaba, cuando, de pronto, surgieron densas masas enemigas de las ruinas, de la destrucción, del caos. De allí donde nada quedaba en pie y con vida, brotaron batallones enteros de tropas frescas, armadas de innumerables ametralladoras. Dijérase que se trataba de un ejército fantasma.

Dijérase que se trataba de un ejército fantasma. Ataques impetuosos se iniciaron en un peñascal, en las soledades tremendas hechas por la artillería. Y, in embargo, las patrullas pasaron por allí y nada vieron. A veces hasta el grueso del ejército había pasado y atacaba mucho mas allá, cuando una fuerza enemiga comparecía a su espalda o a su flanco. Parecía algo sobrenatural. Los destrozos de las bombas habían dado amparo a los soldados y entonces a la hora del asalto los batallones salieron de las entrañas de la tierra. Formaron la verdadera masa de la resistencia. Los huecos estaban convertidos en unos parapetos, colocaron las ametralladoras en posición y cada oquedad se convirtió en un reducto. Todo un sistema de fortificaciones inesperadas, que por poco desorientaron el ataque anglo francés que tuvieron que arrasar todo lo que parecía arrasado.

Con dificultad los combatientes aliados conquistaron esta zona, con muchos muertos y heridos.

Uno de mis compañeros de trabajo me acompaño a dar una vuelta cerca de donde estoy, Cesar, a lo lejos el viento agita jirones de ropa sobre los cadáveres enemigos que aparecen en grupos, en montones. Sin poderlo remediar se fija la mirada en ellos. Me parece ver moverse a un sargento alemán de rojo bigote bajo el cual blanquean los dientes descubiertos por una mueca siniestra, pero no es solo el viento. Durante segundos la vista no puede apartarse de aquel difunto. De cuando en cuando resuena un zumbido musical y algo choca con los guijarros que suenan sonoros. Son balas perdidas. El oficial a cargo nos ordena alejarnos de allí.

Bueno, hermano, hasta ahora es todo lo que te puedo escribir, mañana te daré mas noticias. Salúdame a la familia, a los amigos, a todos.

Enrique.




ACOTACIONES


La guerra de movimientos de los primeros meses de la guerra vino rápidamente a su fin. Sobre las masas de infantería y caballería cayeron toneladas de granadas, y miles de ráfagas de ametralladora diezmaron las filas. Tras la batalla del Marne, los ejércitos debieron esconderse, arrastrarse por el barro, cavar cada vez más complejos sistemas de trincheras para sobrevivir al fuego enemigo. Desde el Mar del Norte hasta Suiza, miles de kilómetros de trincheras enfrentaron a millones de hombres en el frente de occidental. Anegadas de barro, infectadas de ratas, las trincheras se convirtieron en el hogar de unos soldados que sufrieron lo indecible.

Los reiterados intentos de los militares por romper el frente llevaron a matanzas que aún hoy siguen teniendo un lugar de privilegio en la historia del horror: Verdún, Somme, Passendale en Ypres (Bélgica)...

Las potencias industriales se esforzaron por encontrar nuevas armas que permitieran la ruptura del frente: los alemanes en 1915 iniciaron la guerra química, los ingleses en 1917 los tanques, la aviación comenzó a ser usada de forma sistemática como arma de guerra.



Pueblo francés en ruinas


Campo de batalla


Terreno arrasado por la artillería


Ruinas después de un ataque francés


Cadáveres después de la batalla


Una trinchera anglofrancesa


Trinchera alemana tomada por ingleses y franceses


Soldados ingleses recibiendo nuevas órdenes




HECHOS CULMINANTES


22 de Marzo. - Los alemanes atacan y toman una línea de trincheras rusos en el frente de Riga.
Los rusos persiguen a las tropas turcas que durante los últimos meses operaron en Persia.
Continúa la retirada de los alemanes en el frente francés Los ingleses les han tomado algunos pueblos más. Los franceses se acercan a San Quintín.

23 de Marzo. Los rusos Ion-tan la ciudad de Aliabad y persiguen a los turcos, que huyen a la desbandada.
Los ejércitos de Macedonia atacan a los búlgaros cerca de Ochkrida y les toman algunas posiciones importantes.

24 de Marzo. - Los rusos atacan y toman unas trincheras alemanas a orillas del Slohhod.
Los alemanes reconquistan parte de los posiciones perdidas en Macedonia.
Los ingleses se apoderan, del pueblo de Boisel al este de Perona





Video sobre la Primera Guerra Mundial






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